martes, 16 de octubre de 2018

Y LA LUNA, EXTRANJERA

vidamí 
al fin soy feliz 
(Spinetta)
Los farolitos --uno 
naranja y otro negro--,
que en nuestras noches íntimas 
nos alumbraran como 
dos naves que compiten
con el brillo del mar,
serán también un bien
a partir: uno es tuyo, 
el otro es mío. Ahora, 
desprovistos de velas, 
yacen bajo la luz 
idiota de un foquito 
que, desdeñoso, abjura
de una remota playa 
perdida para siempre. 

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