vidamíLos farolitos --uno
al fin soy feliz
(Spinetta)
naranja y otro negro--,
que en nuestras noches íntimas
nos alumbraran como
dos naves que compiten
con el brillo del mar,
serán también un bien
a partir: uno es tuyo,
el otro es mío. Ahora,
desprovistos de velas,
yacen bajo la luz
idiota de un foquito
que, desdeñoso, abjura
de una remota playa
perdida para siempre.
Mmmmm la despedida del amor
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