lunes, 8 de octubre de 2018

Y NO PODER LLORAR


Mis palabras, opacas 
como piedras pulidas, 
callan frente a tu boca 
que pregunta, pregunta. 

Porque no quiero estar 
cerca ni lejos; porque, 
hable o calle, nos pierde 
la incomprensión. Hundidos 

en la afonía, bancos 
quebrados, me abandono 
frente a tu magisterio 
que pregunta, pregunta. 

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