jueves, 22 de noviembre de 2018

INTUICIÓN


No hay un tiempo común. Lo que yo palpo 
--¡tan evidente!-- nada 
le dice a quien me escucha, detenido 
a su vez frente a rostros 
o máquinas que el hijo de su sangre 
ya no percibe. Nunca 
hubo lecho común en que nadar, 
especies divergentes. 

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