Y ESTO TODOS LOS DÍAS
Alguien se desgañita
desgarradoramente
allá en la calle. Anoche
hubo otro que gritó
del mismo modo, como
ya no pudiendo más.
Son gritos que de veras
arrinconan el alma:
antes, quietud; después,
de repente, puñales
sajando nuestros sueños.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario