NO OBJETIVISTA
De nuevo alberga el muro
la sombra de antenoche
de una rama. Las hojas,
proyectadas, parecen
círculos de quietud
atenuada, de bordes
difusos. Junto a ellas,
la de las rejas, firme,
se recorta. Tesoro
siempre joven, alivio
para los ojos, ¿ves
vos también estas cosas,
recorre tu mirada
sus direcciones, juzga
con imparcialidad
y aquietada los dulces
detalles que la brisa
balancea? Las cosas
besan en su pudor.
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