CASA INTERIOR
Cómo podés sentirte
poca cosa... Dejá
de habitar los rincones
oscuros habituales
en tu mansión de llanto.
Dejá de hacerle caso
--como quiere Spinetta--
al enemigo. Dale:
sos una con tu vida.
No dejés que te usurpe
el corazón ese odio
que te vino de afuera.
Echalo: eso no es tuyo,
no sos vos. Disponé
una ventana al sol
y no dejés pasar
a cualquiera. Que el mundo
alberga la perfidia,
no sólo mariposas.
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