domingo, 6 de enero de 2019
SER DOS
El núcleo del poema
no es el amor: soy yo.
Con los malentendidos
cotidianos, las idas
y vueltas, no parece
haber problema: somos
lo que no somos, vamos
tras algo que no está,
que no es tuyo ni mío
sino que anda a través,
y no lo vemos nunca,
no lo tenemos sino
cuando se ha ido. Como
actuar en una mala
comedia de costumbres.
El problema es que soy
uno con el papel
que me tocó: me creo
las palabras que digo,
y me arrastra la furia,
el desconcierto, cosas
para las que estoy grande
a esta altura. Temer
casi como el aliento
del nuevo día: qué
me espera ahora. Y nunca
tener dominio cierto
de las mil situaciones
que un dramaturgo absurdo
trazó para peor
zozobra y descalabro
de nuestro amor, amor.
(¿Vos andás en la misma?)
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