UN PURO
Aquel amigo fiel
no era tan fiel. Seguro
que era noble. Por eso,
por eso, nos bajó
la persiana: impelido
por rigurosas normas
--lo Revolucionario--,
al ver que éramos chantas
casi que de alma, puso
distancia entre su Ser
y nuestra risa. El tiempo,
partido en dos, humea:
memoria y soledad
desde donde nos suele
doblegar su Justicia.
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